Publicado: 13/02/2018
Categoría: Blog / Uncategorized

Uno de los temas menos explorados a la hora de hablar de los procesos de separación o divorcio es el que tiene relación con el empobrecimiento que sufre la familia como consecuencia del quiebre de la pareja.

La familia hasta antes del quiebre, funciona con un presupuesto familiar que alcanza, de mejor o peor forma, para cubrir las necesidades de vivienda, salud, educación, alimentación y otros de todos sus miembros.

Tras el término de la pareja, estas necesidades se mantienen e incluso aumentan, dado el cambio de la organización familiar. El padre o madre que deja el hogar común debe contar con los medios para subsistir por su cuenta y continuar, además, aportando con los medios para la subsistencia del hogar que se compartía. Por otro parte, el padre o madre que permanece en el hogar que antes se compartía, se enfrenta a una nueva situación en la cual disminuye considerablemente el aporte que el otro hacía a las finanzas familiares. De hecho, en la literatura se señala que la separación es una de las mayores causas del empobrecimiento familiar.

El no saber si podremos cubrir los gastos de la nueva realidad familiar, genera mucha angustia y estrés y nos llenamos de dudas sobre las decisiones que tenemos que tomar en este nuevo escenario, sin importar en que cara de la moneda nos encontremos.

El menoscabo económico forma parte de la crisis y lo importante es tratar adecuadamente esta arista para poder atenuar sus efectos.  La buena noticia es que considerar de manera reflexiva y planificar conscientemente nuestro presupuesto, puede ayudar a enfrentar esta situación de una manera que genere menos consecuencias negativas a futuro.

Si quieres ayuda con este u otros temas, puedes agendar con nosotros ACÁNosotros, felices de ayudarte.