Publicado: 01/07/2021
Categoría: Blog / Uncategorized

Durante un proceso de separación o divorcio se activan varias creencias limitantes, preocupaciones y miedos. Dentro de los miedos más comunes que movilizan a madres y padres, es que la relación con sus hijos se dañe o destruya por completo tras la separación. 

Si en el proceso de separación o divorcio – e incluso más adelante – ocurre que el hijo/a, niño o adolescente, se niega a tener contacto con su mamá o papá, es común que frente a esta situación los adultos busquen información en internet o conversemos con otros adultos donde escuchemos sobre el “síndrome de alienación parental”. Pero, no se debe dejar de lado que puede deberse a diferentes causas, entre ellas: 

– Procesos relacionados con el ajuste a la nueva situación familiar (por ejemplo: primeras veces que se va a alojar con la madre o el padre, vacaciones a lugares lejanos, etc.)

– Procesos normales de la edad que requieren de un ajuste (por ejemplo: que un niño pequeño se niegue a hablar por teléfono porque le aburre o es justo a la hora que está viendo tele, que un adolescente no quiera ir porque “no lo dejan hacer nada” o tiene panoramas).

– Situaciones de estrés, que los llevan a reaccionar privilegiando al cuidador primario de apego (por ejemplo: sentirse mal o triste, estar enfermos, tener sueño, hambre, etc.).

– Situaciones difíciles o problemas de comunicación, ocurridos en el vínculo específico entre el niño y el adulto, y que pueden tensionar la relación.

– Problemas graves en la relación entre el niño y el adulto que  pueden llevar a quiebres en la relación.

– Situaciones de riesgo o trauma a las que se ha visto expuesto el niño, que pueden o no tener que ver con el otro padre.

– Mala relación y hostilidad entre los padres separados, que hace que el niño se vea expuesto a conflicto de lealtades.

Frente a los diversos panoramas expuestos, habrá diferentes posibilidades de acción: desde intentar comprender de una manera diferente lo que pasa a nuestros hijos, buscar orientación para los padres sobre el mejor manejo de estas situaciones, terapias para reforzar los vínculos o hacer procesos de re vinculación, trabajo con los padres para poder llegar a acuerdos mínimos que disminuyan los conflictos y que saquen a los hijos del medio, entre muchas otras.

Desde esta mirada, las acciones en lo legal también podrán ser muchas: pueden ir desde no hacer nada a solicitar modificar un régimen comunicacional para que cumpla con ciertos parámetros, o exponer mediante esta vía la necesidad de algún tipo de terapia o incluso solicitar medidas de protección para el niñ@. 

Entonces si estoy en esta situación, lo principal (y sin tener mayores datos) es buscar ayuda primero para comprender mejor lo que está pasando y, desde ahí, pensar en diferentes posibilidades para manejar esta negativa de mi hijo/a. Si quieres recibir más información o ayuda más personalizada, puedes agendar aquí una hora con nuestros abogados de familia y psicólogos expertos : QUIERO AGENDAR.

 

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